En época de más trabajo, el clima laboral cambia, ya sea porque los objetivos propuestos están prontos a cumplirse, la carga de trabajo se reduce (o aumenta) y el mismo espíritu de las fiestas invita al descanso. Durante esas últimas semanas es necesario que ajustes tu estrategia de bienestar laboral y adoptes nuevos enfoques. Puedes empezar preguntándote ¿cómo implementar el teletrabajo?
El teletrabajo es una estrategia positiva tanto para la organización como para los trabajadores. Se trata de un compromiso que requiere cambios de mentalidad, retos y fortalecer la comunicación en la empresa. Sigue los siguientes pasos para empezar a implementar teletrabajo en tu organización:
Comprometerse a nivel institucional
Para iniciar la implementación del teletrabajo, lo más importante es presentar el proyecto de forma clara a la dirección de la compañía, donde conste los alcances, beneficios, tiempos, recursos y demás factores que permitan la conformación del plan dentro de la organización.
Las cabezas de la empresa deben entender que no están, únicamente, entregando un beneficio a los trabajadores. Se trata de un plan que puede hacer mucho bien dentro de la organización. El teletrabajo es parte de la evolución de los modelos laborales. Dejarlo de lado puede poner en desventaja a tu negocio, tanto en temas de reclutamiento y retención, como en el desarrollo de nuevos modelos de negocio.
El teletrabajo no es para todos
Cuando tengas el visto bueno de las cabezas de la compañía, es momento de empezar a evaluar la estrategia. Para ello debes definir los límites de quién podrá acceder al teletrabajo, pues no todos los empleados pueden hacerlo. Como afirma Forbes, considerar esta opción se trata de tantear los recursos y labores del empleado dentro de la organización.
Existen tres aspectos a considerar:
- Capacidades y competencias
- Función (¿El trabajo puede ser desarrollado desde casa?)
- Ambiente en casa
Dependiendo de la organización, notarás que todos los empleados no pueden optar por el teletrabajo. Algunas funciones, como de manufactura o de uso de equipos especiales que no pueden ser transportados fuera de las instalaciones de la empresa, no se pueden desarrollar desde distintas locaciones, obviamente.
Define expectativas
Para Harvard Business Review no debe existir una diferencia notable entre el trato de la organización frente a un empleado de teletrabajo y otro presencial. Por ello ser claro con las expectativas y las reglas entre líderes de equipo y trabajadores es fundamental para mantener en orden el proyecto.
La recomendación es definir líneas claras en las responsabilidades. ¿Cada cuanto se monitorean los resultados? ¿Cuáles son las metas del trabajador? ¿Existe alguna condición especial? Todo esto debe ser de conocimiento no solo del trabajador y su jefe, también de toda la fuerza de trabajo relacionada con el área. Sembrar dudas es cosechar desconfianza.
Sin importar la frecuencia de monitoreo, recuerda dejar claro que estás aplicando las mismas métricas de rendimiento que al resto del equipo. Los empleados en teletrabajo no deben sentir que los tratan de forma diferente y mucho menos desigual. Lo mismo para aquellos trabajadores que no pueden trabajar de forma remota. El balance es lo ideal.

La comunicación es el pilar más importante
La clave para mantener un flujo de trabajo constante e ininterrumpido es la comunicaciòn. La sugerencia de HBR es fijar una cadencia de comunicación apropiada para ambas partes.
- ¿Qué tan rápido debe contestarse un correo?
- ¿Cuáles son los canales de comunicación disponibles?
- En caso de pérdida de contacto, ¿cuál es el protocolo?
- ¿Quiénes tienen preferencia en determinar nuevas tareas?
La idea es crear comunicación organizada y abierta, evitando que el trabajador remoto se sienta alejado y desconectado de la operación de la empresa. Pero este tema no se trata únicamente de canales, también encierra lenguaje. Referirse de forma diferente a tu fuerza de teletrabajo puede generar una percepción de fractura en el equipo.
¿Tu empresa necesita teletrabajo?
Sobre el tema, Forbes concluye que el teletrabajo no es un beneficio para el trabajador; es una necesidad de cambio para las organizaciones.
A parte de ahorrar costos a la empresa, también es una atractiva forma de retener talento otorgando flexibilidad al empleado. Al final, se trata de un nuevo requisito para mantenerse competitivo en algunos sectores, donde la caza de talentos es cada vez más reñida.